«El cuartel de Bomberos es nuestra segunda casa, nuestra segunda familia»


Cuatro de los seis nuevos bomberos voluntarios nos cuentan como es que decidieron dedicar su vida a ayudar al prójimo. Compañerismo y adrenalina, las palabras que más repiten.


El pasado 2 de junio iba a ser el acto de egresados de los aspirantes del cuartel de Río Primero, coincidiendo con el Día del Bombero, pero por la situación sanitaria debieron hacerse dos actos por separado. El sábado 5 de junio a la siesta se llevó a cabo el anuncio de ascensos, los reconocimientos por antigüedad y el pase a retiro de algunos bomberos. Luego, el domingo 6 a la mañana recibieron el diploma los seis aspirantes mayores que pasarían a ser bomberos.

Cuatro de los flamantes egresados, junto al Jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Río Primero, Daniel Bonaldi, recibieron a Difusión Noticias en el cuartel, para contar la experiencia de haberse convertido en bomberos.

Lorena Ledesma, una rioprimerense de 39 años, fue la primera que quiso expresarse: «Entré porque me gustaba de chica, incluso mandé mis hijos varones para ver si les gustaba, pero por decisión personal no siguieron. Mi novio es bombero y me apasionaba verlo salir cuando sonaba la sirena, dejaba todo. Los dos trabajamos en el centro de salud, y nos gusta la adrenalina, y también ayudar».

«La experiencia fue muy buena, aprendí un montón cosas que no sabía, como se mantienen las herramientas, a prender los motores, y sobre todo a ser compañeros y amigos. Eso se valora un montón», agrega.

Aldana Quinteros, tiene 23 años y una vocación de servicio que la hizo acercarse al cuartel: «Recibí la invitación de Bomberos, vine a probar y la verdad es que me gustó mucho. Encontré lo que buscaba. Yo siempre había estado en grupos de la iglesia y del colegio, donde trabajaba en donaciones y en festejos del día del niño. Pero necesitaba algo más en donde poder a ayudar a la sociedad, y ser bombero me gustó».

«Es amplísima esta carrera. Acá fui aprendiendo y superándome con el manejo de los vehículos y de las herramientas. Además aprendí como se procede ante un accidente, lo cual lleva una preparación, un procedimiento», explica la flamante egresada.

El más joven del grupo de egresados es Sixto Benítez, que tiene 17 años y a los 11 se acercó al cuartel: «Mi mamá me dijo que probara, porque yo de chiquito decía que quería ser bombero. Yo vivía en La Puerta y allá no había escuelita de aspirantes. Cuando vine acá, me metí de cabeza, aunque al principio no estaba seguro de seguir,» comenta.

«Yo quería venir a tirar agua y acá me hablaban de los valores y de formarme como persona», cuenta entre risas el más pequeño del grupo, pero luego reconoce que con el tiempo se le hizo una «pasión increíble», y que empezó a parecerle «poco» las dos o tres horas por semana que estaba en el cuartel. «Yo quería estar las 24 horas, cuando antes me parecían interminables las horas acá», reconoce quien deberá esperar a cumplir la mayoría de edad para poder ejercer como bombero.

Respecto a que es lo que más le gusta de ser bombero, Sixto usa una palabra en común con sus compañeros; «adrenalina». Y, aprovecha el momento para expresar que es inexplicable la «emoción de ayudar al otro».

Nicolás Moreno, es un joven de 30 años, oriundo de la ciudad de Córdoba, que vive desde hace tres años en Río Primero. Llegó a Bomberos por sugerencia de dos integrantes del cuartel. Le gusta mucho ayudar al prójimo y se reconoce como «el alma caritativa del grupo», el que siempre está viendo que es lo que se puede hacer para ayudar a los demás. «Siempre estoy predispuesto a ayudar a quien lo necesite, sin esperar nada a cambio», se autodescribe.

«Lo que mas me gustó de la instrucción es una materia que se llama socorrismo, que explica como tratar a una victima, cuales son los movimientos que hay que hacer y como tratar a una persona para no ser invasivo», explica. «Eso también me llevo a cursar Enfermería. Gracias a Lorena y al Sargento Innamorato, que me aconsejaron hacerlo», cuenta Nicolás que encontró una nueva pasión en el cursado.

«Para nosotros es muy importante el compañerismo y saber escuchar a los demás. Tanto nuestros jefes como nuestros instructores nos inculcaron que no hay que juzgar a los demás. Entonces cuando a alguien no le salia alguna actividad, se lo ayudaba entre todos. Nuestra camada ha sido muy unida y todos tiramos para un mismo lado», reconoce.

A la hora de hablar de los valores y de la importancia del compañerismo entre bomberos, todos a la vez quieren dar su opinión, pero la voz de Sixto es la que se impone y describe: «El trabajo de bombero se hace mejor cuando te llevas bien con tus compañeros. Es importante ser unidos, ya que a menudo le estas confiando la vida a tus compañeros»

«Desde el principio nos inculcaron que debemos conocernos entre nosotros, saber cuales son nuestros miedos, nuestras limitaciones y nuestras fortalezas», aporta Aldana.

Daniel Bonaldi, escucha atentamente los testimonios de los nuevos integrantes del cuartel y les advierte: «Ahora se viene la parte linda, esa adrenalina de la que hablan, el sentir del bombero. Más allá de que han tenido prácticas y contacto con las herramientas de trabajo, no es lo mismo que estar en un siniestro, en donde uno tiene que tener la cabeza fría y volcar todo lo aprendido en ayudar».

«Sigan capacitándose, este curso de primer nivel es la base para formar un bombero, pero la capacitación es contante, ya sea para hacer carrera o para actualizarse con el tema de socorrismos, que va cambiando a menudo la metodología», les aconseja de manera paternal Bonaldi.

El Comisario Inspector aprovecha la oportunidad para contar su historia como bombero y comenta que cuando él empezó la carrera en el cuartel casi no había herramientas: «Teníamos una pala y un chicote, no teníamos la mochila ni el autobomba». En aquellos tiempos (año 1982) los bomberos acudían a los siniestros como unas botas de goma y overol comunes, y un casco usado: «Es todo lo que teníamos, todo muy a pulmón».

Bonaldi reconoce que con los años el cuartel se ha ido adaptando y equipando: «Gracias a Dios estamos bien, este es uno de los cuarteles de la regional que mas completo está en cuanto equipamiento y herramientas. Por supuesto que siempre algo falta, lamentablemente las herramientas y la ropa de protección del bombero son muy caros». «La mayoría de la gente no sabe que equipar a un bombero hoy cuesta casi un millón de pesos», agrega.

«Yo tengo treinta años como bombero. Empecé a los 18 años pero siempre me gustó. A los 15 hubo un simulacro de incendio con lo poco que tenían los bomberos en ese tiempo y ahí dije que quería ser bombero. El presidente de la comisión de ese momento era Juan Carlos Cobo, que era amigo de mi familia y me insistía para que fuera al cuartel, pero yo hasta que no terminé el secundario, no ingresé», sigue el relato de su historia, Bonaldi.

«Me siento cada vez me siento mas apasionado por esta profesión. Ahora como jefe tengo una cuota extra, con mas responsabilidades, mas compromiso y mas tiempo dedicado a este trabajo», añade.

Sobre lo que más le gusta de ser bombero, repite lo mismo que sus alumnos; ayudar a los demás. «No se puede decir que algo te gusta,cuando ves la desgracia de los demás. El siniestro vehicular me gusta trabajarlo, pero no es agradable, ya que generalmente hay victimas. Lo mismo para los incendios estructurales. No es grato estar, pero uno lo hace para ayudar al prójimo», dice quien reconoce que a pesar de las dificultades y las malas experiencias que le ha tocado vivir, jamás dudó en seguir ejerciendo como bombero.

Sobre el final de la nota, todos se unen en un mensaje de agradecimiento a jefes, instructores y miembros de la comisión por el acompañamiento. Recuerdan a sus ex compañeros que por diferentes motivos, no pudieron terminar la instrucción y coinciden en expresar que las puertas de los bomberos «están siempre abiertas para todos»; y finalizan con un lema que se les ha inculcado en el cuartel: «Bomberos es nuestra segunda casa, nuestra segunda familia».

EL CUERPO DE BOMBEROS HOY

Con los nuevos seis egresados el cuerpo de Bomberos Voluntarios de Río Primero cuenta actualmente con 32 integrantes.

Este cuartel es una de las subsedes de la Regional 4 que tiene 17 cuarteles, divididos en tres subsedes, de la cual Río Primero es una de las cabeceras.

Durante los últimos años, este cuartel se encargaba de la instrucción de los cuarteles de Monte Cristo, Los Chañaritos, La Puerta, y Villa Santa Rosa, que ya no pertenece a la federación.

Por la pandemia, esto se debió descentralizar y cada cuartel se hizo cargo de la instrucción de sus bomberos.

Recientemente al cuartel llegó una nueva adquisición procedente de Francia. Se trata de un camión marca Renault DCI 270 con un tanque de 12.000 litros de capacidad el cual será utilizado para unidad de abastecimiento.

De la última camada se recibieron seis aspirantes, de 15 que se habían anotado, una de las matriculas más altas desde hace años en el cuartel.

Los nuevos bomberos deberán esperar un proceso burocrático que incluye las aprobaciones de las altas por parte de la federación en primer lugar y de Defensa Civil después. Según el Jefe de Bomberos, esto puede tardar desde unos días a meses, para que finalmente los egresados puedan actuar oficialmente como bomberos.

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