En China abrieron el primer centro de cuarentena para mascotas
Está destinado a animales cuyos dueños se encuentran cumpliendo la cuarentena. Se da mientras hay presión en redes sociales para frenar los asesinatos de perros como en Shanghái.
En las últimas semanas circularon videos en los que se veía a funcionarios de Shanghái matando cruelmente a mascotas con palos, lo cual generó una enorme indignación de internautas y sociedades protectoras de animales contra autoridades de China.
No se trata de la primera vez que los trabajadores de prevención de Covid-19 mataban a una mascota porque sus dueños habían dado positivo, pero si fue el más resonante en los últimos tiempos.
Y mientras la ira pública crecía en Weibo (una plataforma del país asiático similar a Facebook y Twitter), las autoridades de Shenzhen, capital tecnológica de China, al sur de país, anunciaban que abrían el primer centro de cuarentena para mascotas cuyos dueños han dado positivo por Coronavirus.
Se trata de un complejo de 1.500 metros cuadrados que está ubicado en el distrito de Guangming de la ciudad y puede acomodar hasta 300 animales, los cuales recibirán atención gratuita las 24 horas.
Es la respuesta de los funcionarios locales después de varias quejas de residentes que fueron aislados en centros de cuarentena durante el confinamiento de esta mega urbe de 17 millones de habitantes el pasado 17 de marzo, y que tuvieron que dejar a los animales en casa.
En Shenzhen, según el registro de 2021 publicado por el diario Beijing News, hay 220.000 perros. No hay cuenta de gatos u otras mascotas. En las imágenes que han trascendido del nuevo centro, además de felinos y canes, también aparecen patos y conejos enjaulados siendo alimentados por trabajadores que no se quitan el traje EPI.
La iniciativa en Shenzhen de abrir el centro de cuarentena para mascotas ha sido muy aplaudida por los internautas chinos, que piden que hagan lo mismo las autoridades de Shanghai, capital financiera de China, que estuvo en el ojo de la polémica luego de que se supiera que matan a animales bajo el argumento de que pensaban que representaba un riesgo de propagar la enfermedad.