Tomar agua de mar: ¿Qué beneficios puede tener en nuestra salud?
Es la tendencia entre las terapias alternativas. Personas en redes detallan las ventajas que tienen para nuestro cuerpo. Por otro lado, algunos señalan los peligros que podría ocasionar, como la deshidratación y tensión alta.
Una nueva tendencia de terapia alternativa inundó las redes: beber agua de mar.
Con el hashtag #drinkseawater, usuarios de todo el mundo se filman mientras la sirven en un vaso y la consumen.
Otros, comparten videos donde comentan acerca de las ventajas de su consumo. Algunas de las que describen son calmar las dolencias, oxigenar la sangre, limpiar el intestino y regular la ansiedad.
Según una médica y homeópata española, Teresa Ilari, el agua de mar “tiene que ver con un elemento que le dio vida al planeta”.
Expone esta: “Contiene todos los minerales que están presentes en la tabla periódica y que el organismo necesita, tales como el zinc, el magnesio, el calcio, el potasio y el hierro. Por esta razón, cuando la incorporamos, nos da vida y hace que las células actúen mejor”.
¿Cuáles son los beneficios del agua de mar?
Según Ilari, esta tiene características curativas y preventivas: “Impacta a nivel celular, entonces le permite a nuestro cuerpo sanar y funcionar eficazmente”.
La mujer describe que es beneficiosa para quienes padecen afecciones respiratorias como también para los que sufren hipertensión y cardiopatías, ya que ayudaría a desinflamar y desinfectar los tejidos enfermos.
La salud gastrointestinal obtiene beneficios en tanto que el agua de mar “limpia el organismo”.
Por último, se recomienda para el cuidado bucal y de la piel, en casos de presentar acné y dermatitis.
¿Tiene contraindicaciones el consumo de agua de mar?
El Ministerio de Sanidad de España no deja lugar a dudas: el plasma marino o agua marina es una pseudoterapia, sin eficacia demostrada a través de la ciencia.
Una función que se le atribuye al agua de mar es la de desintoxicar nuestro cuerpo. Expertos indican que es algo erróneo, ya que nuestro cuerpo elimina las toxinas de manera natural a través de nuestro hígado y los riñones.
En el caso de que nuestros riñones no funcionasen bien, el agua de mar no los sustituye. Lo haría una máquina de diálisis.
Si optamos por ingerir agua de mar embotellada, el principal peligro es su alto contenido en sal y es que en un solo vaso hay aproximadamente unos 10 gramos.
Puede causarnos una deshidratación, ya que las células de nuestro cuerpo empezaría a expulsar agua para compensar toda esa sal extra. Además ocasionaría una elevación en las cifras de tensión arterial.
Si decidimos ingerir directamente del mar los peligros se multiplican.
La concentración salina es mucho mayor, llegando a cuadruplicar la nuestra, por lo que a los riesgos ya comentados hay que añadir un importante efecto laxante que contribuirá a que nos deshidratemos y dañará nuestra microbiota y la mucosa intestinal.
A esto hay que sumar los contaminantes que fácilmente pueden estar presentes en ese agua de mar sin tratar: tóxicos, productos químicos, bacterias fecales, metales pesados, microplásticos.
¿Cómo se consume?
Los especialistas aconsejan su consumo a personas sanas, con el fin de revitalizarse y a deportistas ya que aumenta su energía.
También a aquellos individuos con trastornos y patologías crónicas o distintos tipos de dolencias.
Ilari explica que dicho producto se puede consumir en distintos formatos:
- Por vía oral
- En gotas como enjuague bucal
- Para usar en nebulizaciones
A la hora de beberla, hay dos maneras diferentes de prepararla en base a su fin: nutricional o terapéutico.
Una de estas opciones es conocida como isotónica. Para prepararla hay que utilizar un recipiente de un litro en donde tres partes sean de agua potable y una de mar.
Por otro lado se encuentra la hipertónica que posee un nivel de salinidad más alto que el del organismo. En este caso, el agua de mar no se diluye, se consume casi en su formato original.
Quienes siguen esta tendencia sugieren arrancar de a poco. En el caso de la bebida isotónica recomiendan un vaso diario y aumentar la cantidad a medida que el cuerpo se acostumbra.
Por el contrario, cuando se trata de la hipertónica, su ingesta se limita nada más que a una o dos cucharaditas.
Fuentes: La Nación / El mundo