Ataques a pinturas en Europa: ¿Qué vale más, el arte o la naturaleza?
Bajo esa pregunta activistas utilizaron sopa de tomates, puré y pegamento para atacar obras. Buscan llamar la atención con respecto a la crisis climática. ¿Es la manera adecuada?
Durante el mes de octubre, en solo cuestión de semanas, ocurrieron diversos ataques vandálicos contra obras de arte en distintos museos de Europa, más precisamente en Reino Unido, Alemania y Países Bajos. ¿Los elementos utilizados? Sopa de tomates, puré y hasta pegamento.
Los responsables de estos hechos, con los que buscan llamar la atención del público, son activistas de grupos que dicen luchar contra la crisis climática denuncian la progresiva destrucción y el peligro de la vida humana en la planeta. La pregunta central de los discursos que dieron fue: ¿Qué vale más, el arte o la naturaleza?
Afortunadamente podemos decir que ninguna de las pinturas fueron afectadas debido a que están protegidas con vidrios especiales, pero ¿Cuáles fueron a las que fueron blanco de estos movimientos?
Girasoles de Vincent Van Gogh
El primer hecho fue el viernes 14 en la Galería Nacional de Londres. Allí, dos mujeres de la campaña «Just Stop Oil» (Simplemente paren el petróleo) vertieron sopa de tomate sobre el cuadro «Girasoles» (1888) de Vincent Van Gogh.
Este acto fue en señal de protesta contra el gobierno británico por el reciente levantamiento del veto al fracking por parte de la ahora ex Primer Ministra Liz Truss.
La policía de Londres había informado en Twitter que las manifestantes posteriormente se pegaron con cola a la pared de la pinacoteca. La seguridad del museo llegó poco después e hizo salir a los visitantes de la sala. Scotland Yard detuvo a dos personas acusadas de «daños criminales».
Los almiares de Claude Monet
Otro de los hechos destacados fue el ocurrido el domingo 23 en el Museo Barberini de Potsdam, cerca de Berlín, donde dos simpatizantes del grupo activista por el clima «Letzte Generation» (Última generación) lanzaron puré de papas contra un cuadro pintado en 1890 por Claude Monet, de la serie «Les meules» (Los almiares).
«Cada vez más personas se niegan a aceptar en silencio la progresiva destrucción y puesta en peligro de la vida humana en nuestro planeta», afirmaron; agregando también que el cuadro no sufrió daños, «todo lo contrario del inconmensurable sufrimiento que las inundaciones, las tormentas y las sequías ya nos traen hoy como presagio de la inminente catástrofe».
Un portavoz de la policía señaló que a continuación las dos activistas realizaron lo mismo que en el caso anterior: Se pegaron a una pared de la sala de exposiciones, aunque fueron «despegadas» y detenidas temporalmente por daños a la propiedad y allanamiento de morada.
La ministra de Medio Ambiente del estado federado de Brandeburgo, Ursula Nonnemacher, afirmó en Twitter que «la lucha contra la crisis climática no se ve fortalecido con ataques a cuadros famosos» y agregó que al contrario, lo que hace falta es un «amplio consenso social».
La joven de la perla, de Johannes Vermeer
Y por último, el caso más reciente: el pasado jueves 27, nuevamente activistas de «Just Stop Oil» vandalizaron otra obra pero esta vez en el Museo Mauritshuis de La Haya, Países Bajos.
Allí, un hombre se acercó a «La joven de la perla», pintada entre 1665 y 1667 por el neerlandés Johannes Vermeer. El sujeto apoyó su cabeza sobre el cuadro y pareció que quería dibujarla con un marcador. Luego otro hombre se acercó y tiró salsa, sobre la cabeza de su compañero y mostraron que llevaban puestos una remera con el nombre de la organización anteriormente mencionada.
«¿Cómo te sientes al ver algo tan bonito y valioso, siendo aparentemente destrozado ante tus ojos? Nos sentimos indignados. Este cuadro está protegido por un cristal. Está bien, pero la gente vulnerable alrededor del planeta no está protegida. El futuro de nuestros hijos no está protegido. Las personas en extrema pobreza tienen que elegir entre calentarse o comer, y no están protegidos», alegó uno de los activistas.
Posteriormente, la policía holandesa informó que arrestaron a tres personas en el museo por «violencia pública contra bienes».
Ya parece que estos ataques son moneda corriente en este último y muchas organizaciones activistas encuentran en este método una forma de visibilizar sus reclamos.
La lista puede seguir extendiéndose y es probable que sigan ocurriendo estás situaciones pero ¿Atacando obras de arte históricas es la manera adecuada? ¿Realmente tendrán una respuesta positiva de los gobiernos?