SALUD/TURNERO DE FARMACIASSOCIEDAD

Decía que el agua lo enfermaría: Estuvo 60 años sin bañarse y cuando lo hizo falleció


Es la historia de Amou Haji, un anciano iraní quien fue apodado el hombre más sucio del mundo. Bebía agua sucia de charcos, fumaba excremento de animales, dormía en un agujero en la tierra y así llegó a los 94 años.


Amou Haji, un anciano iraní, fue apodado el hombre más sucio del mundo, debido a que rehusó durante 60 años tomar un baño. Creía que el agua lo hacía vulnerable e iba a enfermarse.

Bebía agua sucia de charcos, fumaba excremento de animales, dormía en un agujero en la tierra y así llegó a los 94 años.

Falleció en 2022 cuando, por primera vez en décadas, aceptó bañarse porque sus vecinos lo convencieron. Luego de ello, su salud cayó en picada y murió.

Los profesionales no pudieron explicar el por qué, pero se cree que su organismo había desarrollado una resistencia única tras tantos años sin higiene; y otros piensan que simplemente ya había llegado su momento.

En un documental filmado en 2013 llamado “La extraña vida de Amou Hajji”, dijo que eligió ensuciarse después de sufrir problemas emocionales cuando era joven.

Luego se aisló y comentó que tenía aversión al agua y al jabón y hasta que odiaba la idea de bañarse.

Antes de su partida, le realizaron estudios médicos por parte de especialistas británicos con el objetivo de hallar alguna enfermedad en el hombre. Sin embargo, los estudios clínicos y de laboratorio dieron cuenta de la buena condición de salud que poseía.

El tratamiento fue dirigido por el profesor experto en parasitología, el Dr. Gholamreza Molavi, de la Escuela de Salud Pública de Teherán, quien entrevistó a Haji y lo convenció de que le permitiera realizar algunas pruebas. 

Allí se descartó el VIH, hepatitis y tampoco encontraron bacterias o parásitos, a excepción de la Triquinosis que no le afectaba por haber desarrollado un “sistema inmunológico muy fuerte”.

Mitos en torno a su figura decían que comía animales atropellados en descomposición, o que bebía agua de una cubeta oxidada. 

Su inusual estilo de vida significó que miles de turistas viajaran exclusivamente para visitarlo

Fuentes: La Nación / DW / 

Compartir en: