El tránsito de barcos pesqueros impide la tranquila alimentación de las ballenas azules
Ocurre en la Patagonia Argentina y chilena, donde la actividad pesquera es muy significativa. El cetáceo, en peligro de extinción, está expuesto a accidentes y debe esquivar constantemente las embarcaciones.
La actividad pesquera en la Patagonia Argentina y chilena influye también en la movilidad y alimentación de las ballenas azules. Así lo demuestra un artículo publicado en Scientific Reports, en el que muestra en un video con animación satelital cómo una ballena azul intenta alimentarse mientras intenta eludir los barcos pesqueros en el sur de Chile.
El mismo, recoge el tráfico que hubo entre el 22 y el 29 de marzo de 2019. El video del Centro Ballena Azul, realizado por el biólogo marino Luis Bedriñana Romano, muestra una semana en la vida de estos cetáceos (representado en este caso por un punto azul) esquivando las embarcaciones.
La especie (Balaenoptera musculus) se encuentra en peligro de extinción, y el alto tráfico pesquero del sur chileno y argentino es determinante para su supervivencia. Según se detalla en el texto, las ballenas deben esquivar diariamente alrededor de nueve mil barcos, de los cuales el 83% pertenecen a flotas asociadas a la pesca del salmón.
«Sabemos dónde están las ballenas, pero también sabemos que su población es muy baja en esta área. De hecho, según nuestra investigación, podrían ser entre 200 y 700 especímenes», dijo Luis Bedriñana Romano, agregando también que «cualquier incidente de colisión que resulte en la muerte de estos animales representa una amenaza real para su conservación«.
Estos cetáceos suelen desplazarse entre Puerto Montt y la península de Taitao, debido a que en esa zona encuentran una abundante cantidad de Krill (que es su principal comida). Mientras se alimentan, están expuestos a ser chocados por barcos pesqueros (como el caso ocurrido en 2009, en la ciudad anteriormente mencionada).
«Observaciones de campo que hemos realizado indican que cuando las ballenas azules comen, prácticamente solo le prestan atención a esta actividad. Esto las hace más proclives a ser chocadas por embarcaciones y particularmente durante la noche, cuando, según otras investigaciones, las ballenas se encuentran en promedio más cerca de la superficie producto que su alimento también sube a la superficie», dijo Rodrigo Hucke-Gaete, co-autor del estudio.