Juan Medici expresó el dolor de los cubanos en una canción tras la prohibición del Papa para rezar


«… Decidió que está prohibido rezar / con la bandera de Cuba para pedir por libertad / quiere secuestrar a Dios y así no puede escuchar / a los pueblos que hoy enfrentan gobiernos de oscuridad”, comienza el tema.


El cantautor venezolano Juan Medici a través de una canción manifestó el dolor de los cubanos luego de que el vaticano impidiera que ellos se expresaran contra la dictadura durante el tradicional Ángelus del papa Francisco el domingo pasado.

“El Papa decidió que está prohibido rezar / con la bandera de Cuba para pedir por libertad / quiere secuestrar a Dios y así no puede escuchar / a los pueblos que hoy enfrentan gobiernos de oscuridad”, comienza la canción. 

Y se pregunta: “¿Qué pasó en el Vaticano, que perdieron el camino? / Quizás haciendo tantas misas, se tomaron todo el vino / y, borrachos de poder, creen que pueden detener / a los pueblos que hoy luchan para cambiar su destino”.

Por último, dice: “Si usted apoya dictaduras / pídale perdón a Cristo / pídale perdón al pueblo de Cuba, papa Francisco / Y a tanta gente que ha matado el comunismo”.

El tema, llamado “Pídale perdón a Cristo”, es una respuesta a la actitud que el domingo tuvo la policía del Vaticano, que le quitó la bandera a un cubano en la Plaza de San Pedro. 

El hombre se encontraba con la bandera abierta sobre su pecho, y fue abordado por varios guardias de seguridad que se la quitaron.

Cubanos que residen en Italia se concentraron el domingo en las puertas del Vaticano como una muestra de respaldo a la convocatoria a una gran movilización contra el régimen castrista prevista para el 15 de noviembre en Cuba.

Se permitió el acceso solo a 50 y se les advirtió que no admitirán banderas. “Sin consignas ni carteles, sin banderas y solo cincuenta personas pueden entrar” fueron las condiciones. 

Los cubanos explicaron que no intentaban manifestarse, sino mostrar las banderas durante la misa para hacer visible la situación desagradable que vive su pueblo.

En los últimos días se conoció que la justicia castrista del Municipal Popular de San José de las Lajas, un poblado a 35 kilómetros de La Habana, impuso a Roberto Pérez Fonseca, de 38 años, la “sanción conjunta y única a cumplir de 10 años” de prisión por los delitos de desacato, atentado, desorden público e instigación a delinquir. Se trata de la mayor pena impuesta a un detenido relacionado con las protestas del 11 de julio en Cuba.

La sentencia “es excesiva y viola todas las garantías del debido proceso”, dijo a la agencia de noticias AFP Laritza Diversent, directora de la ONG de derechos humanos Cubalex, al indicar que es la pena más larga aplicada por estas manifestaciones.

La madre del sentenciado, Liset Fonseca, cree que las verdaderas razones de la larga condena son que su hijo rompió una fotografía del fallecido dictador Fidel Castro. “Romper el cuadro, eso no se puede perdonar. Ellos tenían que hacer algo que fuera un escarmiento grande”, dice la mujer, adelantando que apelarán la sentencia.

Las manifestaciones del 11 y 12 de julio en 50 ciudades al grito de “Libertad”, “Patria y Vida” y “Tenemos hambre”, dejaron un muerto, decenas de heridos y 1.130 detenidos, según Cubalex. Más de 560 permanecen en prisión.

La marcha pacífica tiene como único objetivo pedir el respeto a los derechos y la liberación de los presos políticos.

Por otro lado, la dictadura cubana anunció que la marcha no recibió autorización y fue declarada ilícita por considerar que sus promotores tienen la intención de impulsar un cambio de régimen, argumentando la falta de razones y los vínculos de los promotores con “organizaciones subversivas”.

En una carta en respuesta expresaron que “no se reconoce legitimidad en las razones que se esgrimen para la marcha” y dijeron que los promotores del evento tienen “vínculos con organizaciones subversivas o agencias financiadas por el gobierno estadounidense”.

La carta firmada por Alexis Acosta Silva, intendente del Consejo de la Administración de la Habana Vieja, finalizó con que: “Es evidente que, si bien se invoca un derecho constitucional, este no puede ejercerse en contra de los demás derechos, garantías y postulados esenciales de la propia Constitución, lo que determina el carácter ilícito de la marcha”.

Los organizadores de la manifestación destacaron que su reprogramación para el 15 de noviembre coincidiría con la reapertura de las fronteras al turismo internacional y mantienen las características del proyecto, que prevé la participación de unas 5.000 personas con un recorrido que comenzaría en la avenida Malecón y finalizará frente al Capitolio Nacional, la sede de la Asamblea Nacional.

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