La Residencia Privada de Adultos Mayores cumple 50 días de aislamiento
Antes que en Argentina se declarara la cuarentena obligatoria, la institución ya había tomado las mayores medidas precautorias.
Mientras que Argentina lleva 37 días en total de cuarentena obligatoria, hay un lugar que asumió el compromiso para cuidar a sus residentes desde que abrió sus puertas en Río Primero. Y cuando se comenzó a escuchar que el COVID-19 ya visitaba este país, decidió redoblar la apuesta en todos los cuidados.
Este lugar es la Residencia Privada de Adultos Mayores de Río Primero que hoy cumple 50 días de aislamiento.
«Estamos en aislamiento desde el 9 de marzo, cuando decidimos preventivamente suspender visitas, luego 10 días después, llegó el anuncio oficial de cuarentena obligatoria. Muchas cosas cambiaron, nos reinventarnos y tuvimos que cambiar muchos planes«, comenta la directora del establecimiento, Alejandra Corigliani.
«Extrañamos las salidas a la plaza, las vueltas por el barrio, las charlas en la vereda, las visitas de las Iglesias, los chicos de los colegios, y lo que más extrañamos son las visitas de nuestros familiares, abrazos y besos, que hoy virtualmente con video llamadas solo podemos darnos o alguna visita al paso, a través de una ventana y vidrio de por medio», agrega con un sonido de silencio, pidiendo complicidad con picardía, «para que no se enteren las autoridades».
«También tuvimos despedidas, almitas que se fueron sin poder tener un adiós como se merecían y con el corazón estrujado por ese abrazo que no pudimos darnos con sus familiares, que siempre terminan siendo familia de la residencia y que seguramente nos daremos algún día», se lamenta la profesional
«No sabemos cuánto tiempo más seguiremos refugiados en nuestra casa, cuánto tiempo pasará hasta el próximo abrazo, hasta el próximo beso», agrega.
«Agradecemos de corazón a cada uno de ustedes que nos acompañan a diario con sus oraciones, con palabras lindas, que nos siguen con sus Me Gusta en las publicaciones o jugando virtualmente con nosotros, a los que nos endulzan los días con helados, golosinas, bizcochuelos, porque nos hacen sentir parte de la comunidad, (creo que nunca comimos tantos bizcochuelos como estos días, muy ricos todos por cierto)», declara con agradecimiento Alejandra.
Estos días de cuarentena los residentes han ordenando sus placares y roperos, y «se acordaron de nosotros y nos acercaron ropa, zapatillas, etc. Nos hacen sentir presentes en sus vidas», comenta.
«La vida es un aprendizaje continuo, y nosotros en la Residencia tenemos el privilegio de contar con grandes maestros que nos enseñan día a día a no darnos por vencidos, ¡por eso acá seguimos resistiendo!», remarca con énfasis.
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