Luego de 40 años descubrió su identidad y se reunió con su familia biológica


Sabrina Rocca nació en Cosquín en 1982. Una familia la compró y se la llevó a Mar del Plata. Tras mucho tiempo sintiéndose diferente conoció su verdadero origen y se reencontró con su padre y sus hermanos.


Según la partida de nacimiento de Sabrina Rocca, nació el 3 de septiembre de 1982 en la clínica Santa Lucía, de Cosquín. 

Sin embargo, cuarenta años más tarde descubrió que sus padres no eran sus progenitores biológicos.

El nosocomio donde su madre dio a luz, tiene una oscura historia de robo y tráfico de bebés relacionado con la última dictadura cívico militar. El médico que intervino en el parto fue Antonio Di Gennaro.

Los padres de crianza de la mujer, quienes eran personas pudientes, se la llevaron rápidamente a Mar Del Plata al momento de nacer.

Años pasaron y su círculo familiar de la familia que la compró, hasta que la madre falleció.

En diálogo con el medio La Nueva Mañana, Sabrina contó que durante su niñez no sintió pertenencia en donde vivía. Sentía que extrañaba a su mamá y que era diferente a todos.

Cuando preguntaba, le mentían ya que sus padres no estaban dispuestos a decirle la verdad.

Recordó que siete meses después de la muerte de su mamá de crianza, la mejor amiga de la mujer le confesó al marido de ella la verdad.

“Así me enteré que no era hija biológica de ellos y que no había sido adoptada sino comprada. Esto me motivó a averiguar mi identidad. Pensaba que quizás durante todo este tiempo alguien estuvo buscándome” contó al mencionado medio.

Desde ese momento comenzó con su búsqueda. El primer paso lo hizo a través de redes sociales.

En un grupo publicó su partida de nacimiento con algunas fotos y los pocos datos que tenía. Le sugirieron que se hiciera una prueba de ADN con Abuelas de Plaza de Mayo y también con la plataforma internacional de carga genética My Heritage.

“Hablé con la sede de Abuelas de Mar del Plata. Tres meses después me llega el resultado y me da negativo. Pude concluir que no era hija de la dictadura”, dijo.

Por otro lado, el resultado de la plataforma internacional fue un resumen de su perfil genético y donde figuraba que la mayor concentración de datos genéticos provenía de la zona de Córdoba.

El pasado año, en navidad, se contactó con ella una mujer desde Alemania, explicando que podían ser parientes. Esta persona había nacido en Santa María de Punilla, el mismo lugar donde fue inscripta al nacer.

De esa manera la contactaron con su mamá Patricia Garrido que vive en Calchín: “Ella es quien finalmente me orienta en la búsqueda dándome apellidos. Me decía que seguramente yo podía ser hija de algún Garrido” expresó Sabrina.

Contactando con diferentes personas, entre ellas Raquel, siguió un hilo que la llevó a fotos de esa familia, donde notó que eran parecidos a ella.

“Miraba las fotos y lloraba. No podía creer que me parecía a alguien. Toda la vida me cargaban por ser distinta, no me parecía ni a mi mamá ni a mi papá” narró.

Finalmente se encontró con el hermano de Raquel, Mario Edgardo Garrido. La mujer habló con él y lo convenció para que se haga la prueba de ADN.

Tras cuatro meses se encontraron en Córdoba Capital, en la puerta del laboratorio. 

Mientras esperaban, coincidieron en varios aspectos de la vida cotidiana.

A la mañana siguiente, antes de volver a Mar del Plata, recibió un mensaje de Mario que decía: “Buen día hija”, los resultados habían dado 99.9% positivos.

El fin de semana del día del padre, se encontró con sus hermanos por primera vez.

Son cinco varones, y ella es hermana mayor. Acordaron cómo serían las visitas a partir de ahora.

También se enteró de quién era su madre biológica. Su padre nunca supo que tenía una hija y tampoco tenía un vínculo con ella.

Supo que se llamaba Mabel, ahora vive en Salta y al momento de quedar embarazada de Sabrina tenía 20 años.

“Me dijo que no sabía qué tenía en la cabeza en ese momento pero que no tuvo otra alternativa. Sabía que quien iba a adoptarme sería una familia que me quería tener, creyó que era lo mejor” contó Rocca.

La protagonista de esta historia tiene dos hijos. Les contó el proceso de su búsqueda de identidad y lo que estaba viviendo.

“Empecé sin saber nada. Yo no descarté ninguna alternativa para acercarme a la verdad. La manera era no bajando los brazos. Soy muy creyente y le tengo que dar gracias a Dios” cerró Sabrina.

Imágenes La Nueva Mañana

Fuente: La Nueva Mañana.

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