Según la ciencia, los abrazos son terapéuticos y hacen bien a la salud
Normalmente las personas nos abrazamos durante 3 segundos, pero si este gesto se alarga en aproximadamente 20 o más, se produce una hormona llamada oxitocina que hace que químicos estresantes como el cortisol se reduzcan y generen amplio bienestar.
Los abrazos mejoran la salud y quedó comprobado con una conmovedora historia.
En un Hospital de Estados Unidos, dos gemelas nacieron en estado muy crítico. Tras los primeros días en la incubadora, una de ellas empezó a remontar mientras la otra permanecía igual.
Por ello, una enfermera colocó a ambas bebés en la misma incubadora y la más sana de las dos, de forma espontánea abrazó a la otra.
El inocente accionar hizo que el ritmo cardíaco y temperatura del otro bebé se normalizaran. En consecuencia, las dos bebés sobrevivieron.
La ciencia detrás de los abrazos
Cuando nos tocan, los corpúsculos de Meissner (ubicados en la piel) reciben la señal del tacto y la envían a la corteza cerebral.
También los mecanorreceptores, especialmente numerosos en manos y labios, reciben estímulos como la temperatura o la presión, que luego es codificada cerebralmente y asimilada como una caricia, pellizco, cosquillas y abrazos.
Cuando abrazamos:
- Segregamos oxitocina y endorfinas que reducen los niveles de cortisol y adrenalina, (las hormonas del estrés) y nos ayudan a sentirnos más relajados.
- Liberamos serotonina y dopamina que contribuyen al bienestar y la calma.
- Activamos el sistema límbico encargado de la regulación emocional, eso contribuye a reforzar los vínculos afectivos como la confianza o el apego.
La influencia de los abrazos en el desarrollo humano
Estas expresiones de afecto tienen mucho que ver con nuestro crecimiento. En diferentes etapas de nuestra vida, aportan distintos beneficios.
- En los niños, los abrazos y el contacto piel con piel potencian la sensación de contención.
Al mismo tiempo, sentir que hay un referente adulto que lo acompaña incondicionalmente permite la regulación emocional y la maduración cognitiva.
Esto contribuye en procesos fundamentales como la adquisición del lenguaje, la motricidad, el sentido de identidad, autoestima, etc.
- En los adultos también son fundamentales los abrazos. Existen estudios que confirman que el número de rupturas es mayor en parejas en las que uno de los miembros no expresa el efecto en forma de abrazos o caricias.
Abrazoterapia
Según Lía Barbery, terapeuta creadora de la abrazoterapia, el abrazo es necesario para nuestro bienestar bio-psico-social.
En ese marco, realizó una guía para dar este gesto de cariño de la mejor manera:
- Aflojar antes el cuerpo de manera consciente prestando atención a cada una de las partes y relajándolas lentamente (especialmente cuello, brazos, espalda y caderas).
- Acompañar con ejercicios de respiración o incluso visualizaciones que aportan equilibrio.
- Establecer contacto visual con la otra persona ya que involucra emocionalmente.
Por otro lado, destacó los siguientes puntos:
- En el niño, el abrazo potencia su seguridad. Sentir que hay un referente adulto que lo acompaña incondicionalmente permite la regulación emocional y la maduración cognitiva.
- Según algunos estudios, el número de rupturas es mayor en parejas en las que uno de los miembros no expresa el efecto en forma de abrazos o caricias.
- Desde la abrazoterapia se valora la importancia de recibir abrazos, darlos o pedirlos
Dosis recomendada
La duración media de un abrazo entre dos personas es de 3 segundos. Pero los investigadores han descubierto algo fantástico. Cuando un abrazo dura 20 segundos, se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente.
Son tantos los beneficios psicofisiológicos de los abrazos que algunos autores han investigado sus propiedades para promover la salud.
Para Paul Zak, investigador de la Universidad de Claremont, recomienda la cifra de 8 abrazos al día como forma de liberar oxitocina y mejorar el bienestar.
Entre los principales beneficios, encontramos:
- Reducen el estrés y la tensión.
- Aportan seguridad y protección.
- Promueven bienestar y calma.
- Mejoran la autoestima, el empoderamiento.
- Regulan el estado de ánimo y el nivel de energía.
- Estimula la capacidad sensitiva.
- Refuerzan los procesos de memoria y aprendizaje. La dopamina aumenta el buen humor y la motivación. Las emociones también asientan los recuerdos.
- A nivel fisiológico reduce la presión arterial y ralentiza la respiración.
- Hay estudios que refieren mejoras en cefaleas, insomnio, regulación del apetito, dolor crónico, ralentización del envejecimiento (por la hormona DHEA) y refuerzo del sistema inmunológico.
- Potencian las relaciones interpersonales y sentimientos de conexión.
Fuentes: Salud Mapfre / Sport City / Accem / Respira Vida
Foto de portada: Crónica