Un fallo histórico: Una pareja se separó y la Justicia fijó un régimen de visitas para su mascota


La petición fue realizada por una mujer para ver al perrito con el que convivía junto a su ex pareja. Pope, pasará todo el fin de semana con ella y el domingo vuelve con su dueño. Por otro lado, la situación genera una serie de debates que cuestionan la legislación vigente y buscan reconocer los animales como partes integrantes de la familia multiespecie.


Un fallo histórico se dio en Corrientes,cuando al divorciarse una pareja la justicia actuó  ordenando un régimen de comunicación a favor de “Pope”, un perro salchicha.

La petición fue realizada por una mujer para ver al perrito con el que convivía junto a su ex pareja.

La resolución fue firmada por la jueza Luisa Carolina Macarrein, Jueza titular del Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia Nro. 4 y rige hasta que se decida la cuestión de fondo, derechos de las partes y acuerdos a definir.

El 7 de marzo de 2024 a las 9 se realizará la audiencia. La mujer participará virtualmente y el dueño lo hará presencialmente.

La decisión fue inédita fue solicitada por los integrantes del Instituto de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Corrientes, que difundió y celebró la noticia a través de sus redes sociales.

Este sería el primer régimen de comunicación con una mascota que no surge de un acuerdo de divorcio,

Asimismo, refleja el importante cambio de paradigma que ya tiene la sociedad respecto a las relaciones en lo que se denomina “Familia Interespecie”.

El Código de Familia, Niñez y Adolescencia no establece el derecho de comunicación respecto de los seres afectivos.

Sin embargo, la magistrada entendió que “lo correcto es valorarlos como partes integrantes de la familia multiespecie”.

¿Quién es Pope?

Es un perro salchicha de un año, adquirido por la pareja separada, Eugenia y Damián, que vivía con su dueño y la mujer lo veía cotidianamente, hasta que surgieron problemas en la relación y terminaron.

Estaban separados pero compartían la crianza y buenos momentos con el animal.

Por razones laborales, Eugenia viajó este año al sur del país, y Pope quedó a cargo de su madre y hermana. 

Damián solía visitarlo con frecuencia, lo llevaba a pasear e incluso a su casa. Pero en septiembre pasado, el joven se llevó al perro y no lo devolvió. 

A la vez les impidió el contacto a las mujeres, lo que derivó en el pedido de la cautelar.

Ambos habían aportado económicamente para que el perrito llegara a sus vidas.

Tras la separación, la mujer no pudo tener más contacto con ‘Pope’, por lo que se presentó ante la Justicia para revertir esta situación, lo que finalmente logró tras la medida de la jueza.

El fallo, afirmó, “se basó en la necesidad de mantener el vínculo materno-filial que existía, considerando a la mascota un ser sintiente”.

Además, destacó como “la primera medida cautelar de estas características en el país que no se da en el marco de un divorcio”, ya que la pareja no era conviviente, sino que la mujer veía regularmente a la mascota que vivía con el hombre.

Por ello, ante el pedido de la joven que desea seguir en contacto con “Pope”, Macarrein estableció que la mujer o un familiar lo retire los viernes, pase todo el fin de semana con ella y el domingo vuelva con su dueño.

¿Qué dice la ley?

Las personas humanas (junto con otras categorías de sujetos como ser las personas jurídicas o de existencia ideal) son sujetos de derechos y la legislación argentina, así lo establece y avala.

En el derecho argentino, los animales eran asimilados a las cosas y, por lo tanto, no había reconocimiento alguno que les otorgue la calidad de sujetos de derechos.

La situación genera una serie de debates y discusiones que, por un lado, cuestionan la legislación vigente.

Por el otro, buscan fundamentos que promuevan un reconocimiento para con los animales no humanos.

La jurisprudencia ha empezado a recepcionar, en materia de derecho animal, un nuevo paradigma que es tendencia y que cuestiona el status jurídico actual de “cosa” que se les otorga a los animales.

El pasado noviembre, en el marco de una causa de violencia intrafamiliar, el juzgado de familia de Neuquén estableció que los animales son seres sintientes que requieren protección y cuidado.

Especialmente en los contextos de conflictividad doméstica, por ser titulares de derechos.

En aquel momento se prohibió todo acto de violencia hacia los animales bajo apercibimiento de incurrir en el delito de desobediencia y maltrato animal.

“Si bien nuestro sistema legal aún no ha avanzado de manera tal que pueda prever y/o regular en que situación quedarán los animales no humanos de la familia, luego de que se decida poner fin a un proyecto de vida común, aquellos miembros que también integran la familia y se han incorporado a ella esto importa una realidad que no puede ser negada y que debe encontrar solución en quienes tenemos la obligación de brindar una respuesta aún en la ausencia de normas específicas”, decía el fallo.

Asimismo, añadió: “Los animales no humanos, en especial los que han sido domesticados, son seres sintientes, que extrañan, que sufren y que adquieren costumbres, por lo que resulta indudable que el cambio que produce la separación de los cónyuges y la alta conflictividad, los afectará también. En principio sería la familia los que se encontrarían en mejor posición, para velar por sus intereses, pero cuando esto no ocurre y es motivo de tensión y violencia, como este caso, corresponde descomprimir este factor estresor y brindar una respuesta provisoria”.

El antecedente de Popeye, Kiara y sus dueños divorciados

El año pasado, el Juzgado de Familia N° 6 de San Isidro intervino en un proceso similar tras la separación de una pareja que tenía dos perros. 

Desde la Justicia reconocieron el acuerdo que habían pactado Amorina Abascoy y Emmanuel Medina: Popeye quedó al cuidado de ella; y Kiara con él, pero con la particularidad que fueron los perros los que eligieron con quién vivir.

Fuentes: Clarín / Infobae

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