Una joven de 27 años hasta 6 mil dólares semanales para curarse de su adicción al queso y tuvo múltiples inconvenientes de salud


La estudiante de Manhattan, comía a diario ladrillos de cheddar blanco y parmesano. Debido a su adicción subió de peso, dejó de menstruar y estuvo en riesgo de tener diabetes tipo 2.


Una estudiante de derecho de Manhattan, Nueva York, tenía una adicción al queso tan grande que debió acudir a rehabilitación para acabar con su apetito por este alimento. 

Adela Cojab, de 27 años de edad, contó al New York Post que sus antojos de Camembert comenzaron durante su tercer año en la universidad, en la primavera de 2018. 

Comía a diario ladrillos de queso cheddar blanco y parmesano.

“Pasé por Morton Williams o Whole Foods y simplemente compraba queso y, literalmente, me comía un bloque de queso con las manos”, dijo.

Devoraba aproximadamente 5,5 bloques de queso semanalmente, acompañados de

patatas fritas de parmesano. Al hacer las compras, se convenció de que era más barato comprar los lácteos que una ensalada.

¿Por qué adicción al queso?

Según Neal Barnard, profesor de medicina de la Universidad George Washington, explicó que algunas personas se vuelven adictas al queso debido a la alta concentración de grasa y sal en este alimento. 

Se debe a una proteína conocida como caseína que puede “enganchar” ligeramente a la gente y de algún modo crearle una adicción.

Este lácteo contiene químicos opiáceos que se adhieren a los mismos receptores cerebrales a los que se adhiere el fentanilo, o cualquier otro narcótico. según los expertos. 

Para Cojab, la mención que su adicción al queso se debía al estrés. 

El estilo de vida rápidamente arruinó su salud, pasando a pesar hasta un máximo de 172 libras (78 kilos). Incluso dejó de menstruar durante cinco meses y corrió riesgo de sufrir diabetes tipo 2. 

Rehabilitación

Asistir a un retiro de bienestar de dos semanas en Hilton Head Health en Carolina del Sur, que cuesta un mínimo de $5,820 por semana, le ayudó a controlar su trastorno alimentario.

Los instructores y consejeros le enseñaron los conceptos básicos sobre cómo pedir y preparar comidas saludables, contar calorías y considerar refrigerios más saludables.

Desde ese momento, su peso bajó a 123 libras (55 kilos), ayudando a lidiar con su riesgo de diabetes.

“Estoy incursionando, pero no como solía hacerlo antes”, actualmente si come queso prefiere los más livianos. Sin embargo, cuando se estresa come un bloque de queso: “No sucede tan a menudo”, dijo la chica.

Consumo de queso y sus desventajas

En Estados Unidos, el consumo de queso aumentó dramáticamente desde 1970. Según la Escuela de Medicina de Harvard, los estadounidenses ahora comen alrededor de 35 libras (15 kilos) de queso por persona al año. 

Esto se da principalmente gracias a la preponderancia de alimentos preparados y una marcada preferencia por las cocinas de los restaurantes mexicanos e italianos.  

Sin embargo, comer queso en grandes cantidades puede tener desventajas para la salud.

Entre ellas, se encuentra su contenido calórico y en grasas. El tamaño de porción sugerido para el queso es de 1,5 onzas (aproximadamente el tamaño de cuatro dados o 1/3 de taza rallado). 

Pero los alimentos como pizzas o nachos con queso pueden tener el doble de esa cantidad o más. 

Una onza y media de dos quesos populares, el suizo y el cheddar, aporta 168 y 173 calorías, respectivamente, y de 13 a 14 gramos de grasa, aproximadamente la mitad de la cual es grasa saturada.

Si hablamos de niveles de colesterol, las grasas saturadas son una de las culpables, junto con las grasas trans.  

Los niveles altos de colesterol en sangre pueden aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. 

Fuente: Q’Pasa / El Kilombo / New York Post

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