Antonella Pecci: Un poco de la historia de una defensora apasionada de animales


Nacida en Buenos Aires, adoptada como rioprimerense desde el año 2003 y estudiante de tercer año de veterinaria en la localidad de Villa del Rosario. Ingresá a la nota y conocé un poco de sus vivencias con perros, monos, chanchas y hasta pumas.


Antonella Pecci es una joven apasionada por los animales.

Nacida en Buenos Aires, adoptada como rioprimerense desde el año 2003 y estudiante de tercer año de veterinaria en la localidad de Villa del Rosario.

Su vínculo con ellos  es tan fuerte que todo lo que está a su alcance lo pone a su  disposición.

Para Antonella cada animal es un ser vivo digno de respeto, cuidado y amor. Y ese es el mensaje que dejó remarcado durante toda la entrevista.

Nos expresó que para ella, los animales son seres leales y que muestran mucho amor.

“Hay que aprender mucho de ellos”. Resaltó.

-¿Cómo es tu experiencia con el rescate de perros de la calle?

– “Hice muchos rescates.

 Llegue a ver cosas tan feas, que hasta el día de hoy no puedo entender cómo puede ser que existan personas con esa clase de corazón”.

 -¿Cuál fue el rescate que más te movilizó?

 “El rescate que más me movilizó fue el de una perrita que estaba arrastrando un chico en moto atada como si fuese un trapo, que es más… pensé que era un trapo y que estaba jugando con eso…

Eso fue hasta que veo que agarra la lomada y en el aire vi que era un perro, esa persona iba como a 80 km/hora.

 Justo estaba en auto… Asique lo perseguí… y justo la soltó.

…Inmediatamente cargue en el coche a la perrita  y recibió atención veterinaria”

Antonella vivió cosas muy fuertes a causa de ese vínculo tan cercano con estos seres vivos.

Mientras dialogábamos en la entrevista se emocionó y  se largó a llorar. Lo que muestra la sensibilidad que esto le trae y como la conmueve.

Nos siguió comentando:

“Rescatar al principio duele,  porque tenes que ver cosas muy tristes e injustas pero te reconforta ver los resultados y el amor que ellos a pesar del dolor, siguen dando”.

-¿Cuál es la manera que Antonella Pecci  describe a los animales? ¿Cuáles son las palabras exactas?

“A  los animales se los respeta y se los trata con los mismos derechos que a cualquier persona.

Son seres vivientes que tienen emociones y conciencia al igual que nosotros, pero con un nivel de raciocinio mucho menor y que por esa razón, muchos se aprovechan.

Si ves a un perro al costado de la ruta levántalo, si pasa por la calle frena, si lo ves lastimado ayúdalo, si ves maltrato denuncia, hay una ley que los ampara no te quedes de brazos cruzados… Ellos no pueden… nosotros sí!

Como suele pasar con las personas que se dedican al rescate animal, en la mayoría sus perros son adoptados.

 En este momento cuenta con 10 animales ente los que se encuentra una caniche con un solo ojo, ya que se encontraba en estado de abandono y con mucha queresa cuando lo encontró. Por supuesto que el día de hoy sus condiciones son mucho más favorables gracias al amor recibido en su nuevo hogar.

Por otro lado está “Pirata” (muy conocido en Río Primero como “Pira”), que un día apareció, le dieron cariño, agua y comida y nunca más abandonó a la familia.

Todos sus perros tienen una historia en la que seguramente si pudieran hablar, no les alcanzarían las palabras de agradecimiento hacia Antonella y quienes le ayudaron para que sus realidades sean diferentes.

En cierta manera, esta característica y amor por ellos es algo que heredó de su papá Normando, quien siempre tiene agua y alimento para convidar a los perros de la calle que tan compañeros son. 

Además fue voluntaria junto con sus hermanas Flor y Mica en el ex “Mi Refugio” de Río Primero, ahora llamado “Rescate Animal”.

Pero no todo termina acá.

Además de ser rescatista, durante sus años de estudiante fue conociendo personas y otros contextos que le dieron la posibilidad de poder trabajar de cerca en un proyecto en La Cumbre, con los monos Carayá.

El trabajo consistía en alimentarlos, reinsertarlos en el bosque, alimentar a los pumas que también se encontraban en el lugar y a una cerda bautizada con el nombre “Camila”,

También hizo un gran trabajo con un Arlequín hembra que tenía ceguera.

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