Marcharán para pedir justicia por Fernando Báez Sosa
Graciela Sosa, la mamá del chico asesinado por rugbiers en Villa Gesell, convocó a una movilización hacia el Congreso de la Nación.
Este lunes, en medio del proceso de investigación por el asesinato de su hijo, la mamá de Fernando Báez Sosa convocó a una movilización al Congreso para pedir justicia por el asesinato de su hijo. En ese sentido, invitó a todas las personas «que quieran sumarse» el próximo martes cuando se cumple un mes del crimen.
«El martes 18 de febrero a las 18 vamos a pedir justicia por Fernando, asesinado brutalmente en Villa Gesell. Será en Congreso e invitamos a todos los que quieran sumarse», sostuvo Sosa.
Además, prosiguió: «La violencia es un flagelo que arrasa y destruye sin distinción alguna. No hay religión, clase social, nacionalidad, raza o edad que la frene. Por eso queremos decir basta de violencia con energía y decisión para que se escuche en cada rincón de la Argentina«.
Agradeció el respaldo de su familia y de la gente, luego del crimen de su hijo, ocurrido el 18 de enero pasado y por el cual están detenidos y aguardan en el penal de Dolores Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli, los dos primeros como coautores y los restantes partícipes primarios por «homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas».
«Esperamos que se haga justicia por mi hijo, espero el apoyo de todo el mundo sin distinción», sostuvo Graciela, quien reveló que recibió un nuevo llamado del papa Francisco, quien les dejó un mensaje en el contestador, porque ellos no estaban en la casa. Relató que el Sumo Pontífice dijo que los está «acompañando con su bendición».
«Queremos que nuestro mensaje llegue a cada familia y a cada ciudadano que quiera sumarse a este pedido de condena a la violencia. Me hacen llegar cartas, rosarios, flores», contó y agregó que esta semana le devolvieron la valija con la que Fernando había viajado a Villa Gesell para pasar unos días con sus amigos.
«No fue fácil sacar la ropa. Había prendas sin lavar. No podía dejar de olerlas… me tiraba encima. ¿Por qué le hicieron esto a mi hijo? ¿Por qué?«, cerró con la voz quebrada al borde del llanto.