Amor a primer olfato: ¿Cómo influye nuestro aroma corporal en el enamoramiento y el sexo?


Cuando se trata de atracción, nuestra nariz y piel son los órganos más importantes. Cada ser humano tiene un olor particular y ese es el que nos invita a acercarnos para tener una relación (o no).


Si alguna vez pensaste “que rico huele X persona” y eso te atrae a ella, es totalmente normal. 

Los olores que emana nuestra piel y el perfume que usamos da nuestro olor corporal. Este suele ser una tarjeta de invitación como atracción sexual inmediata. Nos invita a acercarnos e iniciar una relación, o también, a alejarnos.

La conexión olfato-cerebro es muy primitiva. Evolutivamente todo era olfativo.

Cuando la molécula odorante llega al epitelio olfativo (en la parte superior de la nariz) la reciben unas neuronas, las únicas que están fuera del cerebro y las responsables de transformar esa información química en información eléctrica.

Es el único sentido que está en contacto directo con lo que llamamos cerebro emocional y además no tiene ningún filtro. Por eso, es también el más irracional de todos.

De esa manera, juega un papel fundamental en el proceso de enamoramiento porque las feromonas, hormonas relacionadas con la atracción y el placer, se detectan muy fácilmente por la nariz.

Estas sustancias son las responsables de generar el deseo sexual. Por lo tanto, de causar atracción. 

Tienen información acerca del estado de ánimo de la otra persona y de la disponibilidad o compatibilidad sexual. Están presentes en la saliva, el sudor, el semen y las secreciones vaginales.

Por esta inmediatez en la atracción sexual, se podría hablar del “olor a sexo”. 

Dicho aroma está dado por la secreción corporal de cada persona, con un olor particular y personal que nos distingue unos de otros. Asimismo, depende de la higiene.

La piel es el órgano más extenso del organismo. De ella emanan los olores desde lugares específicos: la epidermis (la capa más superficial) se compromete con la higiene individual y es donde se sitúan las glándulas que secretan el sudor.

Por ello debemos cuidarla y mantenerla limpia con agua y jabón. El uso de perfumes no hace más que enmascarar ese olor tan personal.

Asimismo, la percepción de los olores es subjetiva y varía en las diferentes personas. Son agradables o desagradables según cada quién.

En un estudio de 2018, se habló de la compatibilidad sexual y el olfato. 

Esto explica que las personas con mayor sensibilidad olfativa, tienen una vida sexual más placentera. Es decir, los olores que emanan de nuestros cuerpos pueden determinar esa conexión física y emocional tan importante.

Fuente: Vogue Spain / Infobae /

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