Dos estudios en Estados Unidos buscan alargar la vida de los perros
Prueban fármacos como la rapamicina y LOY‑002 para retrasar el envejecimiento canino. Una de ellas podría lanzarse en 2026 y genera interés en la comunidad científica ya que podría ser relevante y transferible para seres humanos.
En Estados Unidos, la empresa biotecnológica Loyal trabaja en una nueva medicina para la longevidad de los perros y está más cerca de convertirse en realidad.
Podría lanzarse en 2026 con el objetivo de ralentizar el envejecimiento y prolongar los años de buena salud de las razas mayores y de gran tamaño.
El fármaco principal de Loyal se centra en los cambios metabólicos relacionados con la edad en perros mayores.
La empresas con sede en San Francisco ha logrado captar más de 150 millones de dólares de inversión privada.
Su propuesta es administrar LOY-002, un compuesto todavía rodeado de secretismo, a 1.300 perros distribuidos en más de 70 clínicas veterinarias de Estados Unidos.
Los datos de los primeros ensayos ya han impresionado a los reguladores, lo que ha permitido a la empresa alcanzar un hito de la FDA que ofrece una expectativa razonable de eficacia.
Mientras que los estudios clínicos más amplios y las revisiones de seguridad continúan avanzando antes de su vía de aprobación condicional.
Si los plazos continúan de la misma manera, sería el primer fármaco veterinario creado específicamente para retrasar el envejecimiento en lugar de tratar enfermedades.
Esto significaría que los propietarios de mascotas pronto podrían tener acceso a una opción respaldada por la ciencia que favorezca una mejor movilidad, energía y salud general de los perros mayores.

Por otro lado esta el consorcio académico sin ánimo de lucro con sede en la Universidad de Washington, Dog Aging Project, que evalúa la rapamicina en centenares de animales de compañía de raza grand, con el mismo objetivo.
El ensayo TRIAD (Test of Rapamycin in Aging Dogs) tiene el objetivo de comprobar si el fármaco con décadas de uso clínico como inmunosupresor, puede retrasar el envejecimiento en los perros.
La rapamicina fue descubierta en los años setenta en bacterias halladas en el suelo de la Isla de Pascua (Rapa Nui).
Desde entonces se ha utilizado en medicina para evitar el rechazo de órganos trasplantados.
En los últimos quince años, numerosos estudios han demostrado que actúa sobre la proteína mTOR, un regulador clave del metabolismo celular.
Al inhibirla, reduce la inflamación crónica propia del envejecimiento y estimula la autofagia, un mecanismo de reciclaje celular que contribuye al equilibrio entre crecimiento, reproducción y resistencia al estrés.
El ensayo TRIAD reclutará más de 500 perros de entre siete y diez años, con un peso de entre 18 y 50 kilos.
Son animales de raza grande, que envejecen más rápido que los pequeños.
Durante un año recibirán semanalmente rapamicina o placebo, sin que ni los dueños ni los veterinarios sepan qué sustancia está administrando cada cápsula.
Después, se realizará un seguimiento de dos años adicionales.

En otro sentido, los expertos en envejecimiento humano observan estos estudios con gran interés.
A diferencia de los ratones de laboratorio, los perros comparten entorno, costumbres y exposición ambiental con las personas.
Además, su diversidad genética se parece mucho más a la de los humanos que a la de los animales criados en condiciones controladas.
Por eso, cualquier resultado positivo en perros se considera mucho más relevante y transferible.
Sin embargo, la cautela es obligatoria. La rapamicina, según la dosis, puede actuar como inmunosupresor, lo que plantea riesgos si se administra de forma crónica en personas.
En el caso de LOY-002, apenas se sabe nada más allá de lo que la empresa ha querido comunicar, por lo que la comunidad científica mantiene reservas hasta disponer de datos públicos revisados por pares.
Fuentes: Infobae / Inventos / El Ecosistema Starup

