Euge Novero: No hay edad para ciertas cosas si uno se propone algo


La comunicadora, periodista y deportista comenzó a practicar kickboxing y se enamoró de la disciplina que la llevó a competir por primera vez. 


Es comunicadora institucional, periodista, madre y deportista. Eugenia Novero, de Monte Cristo, a sus 39 años comenzó a practicar kickboxing en medio de la pandemia. En diálogo con Natalia Matos para Hits en Dos y para Difusión Noticias contó su experiencia.

Euge afirma que siempre fue una persona a la que le gusta mucho la actividad física. Hizo durante cuatro años natación, luego cuatro años aeropilates y cuando llegó la pandemia buscaba qué hacer: “Estar en casa sin hacer nada no me sentaba” expresó.

Reveló que por mucho tiempo le “picó” la idea de hacer boxeo recreativo. Una de las primeras cosas que reabrió en cuarentena fueron los gimnasios, allí un personal trainer la invitó a probar un par de clases de la mencionada arte marcial.

“Me enamore” afirma al referirse a su comienzo en este deporte.

Admite que al principio tenía la idea que todos solemos tener: es una actividad violenta. “Muchas veces la gente tiene esa idea del deporte como algo agresivo y es justamente todo lo contrario” y agrega que no tiene nada que ver con estar enojado: “requiere muchísima disciplina, concentración y técnica para cualquier movimiento que vayas a hacer”.

Durante la hora y media de entrenamiento dan el cien por ciento en ellos mismos, nada los distrae mientras están aprendiendo movimientos de ataque y defensa. Cuando combaten con compañeros piensan en estar bien parados, en defenderse y armar estrategias para atacar.

Explicó que existen varias categorías en el kickboxing. Está la profesional, semi profesional y amateur que a su vez se divide en pesos como muchos deportes de contacto. La diferencia en los pesos debe ser de alrededor de 3 kg entre cada uno.

Dio de ejemplo el suyo, si ella pesa 60 kg su adversaria debe pesar entre 56 y 60. “En mi caso, tuve que bajar a 58kg para poder llevar adelante la pelea pactada” recuerda.

Euge compitió por primera vez el 6 de agosto en Río Ceballos, en la categoría amateur. Expresa que sintió un montón de cosas, entre ellas el sentimiento de intentar. Cuenta que el resto del equipo que compite tiene entre 16 y 25 años e intentan ganar títulos, ella “cayó ahí” y le encantó el ambiente, la disciplina y el compromiso.

Esto la llevó a pensar: “No hay edad para ciertas cosas si uno se propone algo”. Nunca se había imaginado hacer lo que está haciendo y siente el apoyo de su familia, hija, pareja y amigos.

Mencionó que pertenece al “TwisterTeam”, sobre sus compañeros dijo: “Nos alentamos, aprendemos, compartimos, sentimos y crecemos juntos.” y suma que “El progreso de uno es de todos, y los logros se celebran en equipo. Sabemos de sacrificio, de entrega y de lo importante del apoyo colectivo”.

Habló también de su entrenador José Gervassi: “Lleva adelante esta pasión y la transmite y contagia. José da su vida por cada uno de sus guerreros y guerreras, como suele llamarnos” y sigue “es el alma del equipo, toda la vida voy a estar agradecida, orgullosa de ser su alumna, que haya confiado en mí y me haya alentado a competir”.

En lo personal, afirma ser difícil de definir. Le gusta mucho la adrenalina, el periodismo (tiene la dirección editorial del medio Boomerang Net), su profesión (es licenciada en comunicación institucional), el siempre hacer cosas diferentes y los cambios.

Sobre este último aspecto dice la frase: “Lo único permanente es el cambio”. Le gusta hacer un poco de todo y estar en el mismo lugar le aburre por lo que quiere probar cosas nuevas, describiendose de esa forma como inquieta, curiosa y sociable.

Como reflexión final dijo: “Yo aprendí en la vida a animarme, a olvidarme de la edad que tengo, de lo que está impuesto socialmente alrededor de un número”.

Y continúa afirmando que “los años son experiencia” y no se va a arrepentir nunca de ir por la vida “en contramano”. Está convencida de que se trata de sacar la mirada del otro o incorporarlos a lo que se hace.

Finalmente dice “cualquiera que tenga una meta chiquita, grande, lo que fuere que queramos hacer podemos intentarlo, intentándolo ya es un logro” y que “no quedarse con las ganas y no arrepentirse de no hacerlo”.

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