Marcial Thomsen: «No son asesinos. Fue una tragedia»
El padre de Máximo, uno de los más complicado por el crimen de Fernando Báez Sosa, negó que los imputados sean asesinos y que tiene miedo de no ver más en libertad a su hijo.
No sé qué les pasó por la cabeza. No son asesinos, fue una tragedia», sostuvo Thomsen antes de entrar a visitar a su hijo al penal de Dolores, al tiempo que dijo «lamentar» la situación por la familia de la víctima.
Asimismo, sostuvo que junto a su esposa se plantearon qué pudieron haber hecho mal en la crianza de su hijo, más allá que remarcó que los acusados «estaban alcoholizados». El padre de Máximo ya había hablado días atrás en la entrada de la comisaría 1era de Pinamar, donde su hijo y los demás rugbiers estuvieron detenidos hasta el miércoles a la madrugada: «Están destrozados, es una pesadilla total. No hicieron ningún plan para matarlo, eso es una locura».
La situación de su hijo, acusado de la autoría material del hecho, es la más complicada en la causa, ya que lo señalaron testigos, aparecieron videos en los que se lo ve con un ataque de furia al resistirse al ser sacado por patovicas del boliche Le Brique.
Los familiares de los acusados los visitaron este jueves en el penal de Dolores, pero fue algo acotada, ya que duró una hora y se produjo fuera del sector usual de visita de la cárcel y del horario acostumbrado de visitas.
El padre de Thomsen volvió a hablar a la salida y reiteró que que al momento del crimen su hijo «estaba alcoholizado y no se acuerda de la pelea», aunque aclaró que «no lo justifica» y que tiene «miedo de no verlo más en libertad», ya que el delito por el que los imputaron fue el de «homicidio agravado por premeditación y alevosía», que contempla la pena de cadena perpetua.
Además, afirmó que intentó llamar al padre de Báez Sosa: «Traté de llamar un montón de veces. No sé qué decirles. Si yo tengo el dolor que tengo, no me imagino lo que sienten ellos».
También aseguró que los rugbiers aceptaron la asistencia psicológica que le brinda el penal a los reclusos y reveló que su hijo Máximo «llora» dentro de la celda.