La ciencia indica que vivir en entornos ordenados mejora tanto nuestra salud mental como física


Numerosos estudios demuestran los peligros del desorden y cómo la organización del entorno puede mejorar el estado de ánimo, la productividad, reducir el estrés y la ansiedad.


Entre las atareadas rutinas que tenemos día a día, rara vez nos detenemos a organizarnos, tanto en las actividades como en nuestro hogar.

En ese sentido, la ciencia afirma que mantener un entorno ordenado impacta no solo en la eficiencia y productividad, sino que también guarda una estrecha relación con la salud mental.

Un estudio, publicado en el Journal of Environmental Psychology, habla sobre los efectos negativos del desorden.

Catherine Roster, coautora del estudio y profesora de la Anderson School of Management de la Universidad de Nuevo México, explicó que el trabajo demuestra que vivir en un entorno sin orden, puede ser perjudicial.

Estos llegan a reducir los sentimientos de bienestar, felicidad y seguridad que una persona obtiene al estar en sus espacios personales.

¿Por qué ser organizado mejora la salud mental?

Por un lado, la desorganización también puede disminuir la capacidad de concentración y de toma de decisiones.

En otro sentido, demostraron que trabajar en un entorno desorganizado puede provocar rápidamente una sensación de agotamiento.

La Universidad de California, en Los Ángeles, demostró que las personas que viven en espacios no organizados experimentan mayores niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Por el lado contrario, aquellos que habitan en ambientes organizados presentan un menor índice de cortisol y una mejor respuesta ante situaciones estresantes.

No solo se limita al ámbito físico, ya que estudios demuestran que las personas que planifican y organizan sus tareas con anticipación tienen una mejor salud mental que las que no lo hacen.

Los beneficios para la mente al ser organizados son:

  • Reduce el estrés y la ansiedad: Un entorno ordenado genera una sensación de control y tranquilidad, disminuyendo la carga mental.
  • Mejora la concentración: Un espacio despejado facilita la concentración y la productividad.
  • Aumenta la autoestima: Sentirse en control del propio espacio y tiempo genera una sensación de logro y satisfacción.
  • Favorece el descanso: Un ambiente ordenado propicia un mejor descanso nocturno.
  • Fortalece las relaciones: La organización facilita la convivencia familiar y social.

Consejos para empezar a organizarse

  • Establecer objetivos: Definir metas pequeñas y alcanzables.
  • Deshacerse de lo innecesario: Eliminar objetos que no se usan o no aportan valor.
  • Organizar por categorías: Agrupar objetos por su función o utilidad.
  • Establecer rutinas: Implementar hábitos de organización en la vida diaria.
  • Ser paciente: La organización es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo.

Fuentes: La Voz / NatGeo /

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