Una panadería de La Falda deja mercadería afuera para que lleven quienes más necesitan
Se trata de Choco Vainilla y pertenece a Brenda Conti de 26 años. La iniciativa nació ante situaciones en la que gente le preguntaba si tenía algo que haya sobrado. Su corazón solidario se muestra, a pesar de tener una hija con una enfermedad respiratoria.
“¿Te hace falta? ¡Llevalo sin problema!”, dice un cartel pegado en una caja, donde hay bolsas con pan y facturas, frente al local de Brenda Conti.
La dulce iniciativa es de Choco Vainilla, una panadería y pastelería de La Falda, Cordoba.
“Ante tanta necesidad de mucha gente, que viene a pedirnos algo para comer, sobre todo niños, decidimos poner una cajita afuera para que quienes realmente necesite se sirva una bolsita sin vergüenza. Este último mes, muchísimas personas se acercaron a preguntar si teníamos algo del día anterior”, explica Brenda.
Por ello, decidió poner dicha caja con productos, ante la necesidad de los vecinos de la localidad.
“La gente está súper agradecida porque ahora por la situación actual creo que no todos lo hacen”, contó la mujer y añadió: “Antes, preparábamos bolsitas con productos del día anterior a bajo costo, pero entendemos que aunque sea pocos, algunos no lo pueden pagar”.
En la bolsa hay pan, facturas, criollitos y productos fritos.
“Es como una viandita de panadería”, cuenta y lamenta: “Aunque decimos es para el que realmente necesita, vemos que también sirven personas que quizás lo puedan pagar, hay de todo… La caja siempre queda vacía”.
¿Quién es la dueña de Choco Vainilla?
Brenda tiene 26 años, vive con su pareja y sus dos hijas, una de 11 y otra de 5 años, en Villa Giardino.
Hace seis meses abrió su local y, sobre la acción solidaria, dice:
“No es que a mi me sobre, todo lo contrario, pero entiendo la situación de las personas. Hay quienes realmente sienten mucha vergüenza por tener que pedir para comer, que cuentan llorando que no tienen nada para comer… ¿Cómo no ayudarles con lo que está a mi alcance?”.
Explicó que todo surgió hace un par de semanas atrás, cuando al abrir el local vimos que había quedado mucha mercadería.
“Realmente habían sobrado un montón de cosas y representa plata que se pierde”, dijo.
Antes de la idea solidaria, preparaban bolsas con el sobrante y las vendían a bajo costo. Pero cuando alguien entraba a pedir se lo regalaban.
“Justo estaba pensando en qué hacer con eso y vino una de esas personas a pedir algo, y se me ocurrió dejar una caja afuera para que la gente directamente se sirva. Así surgió la idea del banquito… Mientras este chico me pedía la bolsa yo ya estaba escribiendo el cartelito”, recordó.
Lo que hace a este gesto algo más noble es que el pan no es elaborado en la panadería sino que lo compran.
“Hacemos mercadería de pastelería y repostería, al pan lo compramos. Cuando no queda como para poner en las bolsitas, con mi familia ponemos un poquito cada uno y compramos uno o dos kilos más de pan para que siempre haya en la caja”, explica.
Brenda se dedica a la pastelería desde hace cuatro años y, hace alrededor de seis meses, pudo abrir el local.
Antes elaboraba tortas a pedido y otras cosas dulces, las cuales ofrecía por las redes.
“Arranqué en esto porque me gustó siempre, pero, sobre todo, por la necesidad porque hubo momentos en que la soga apretó fuerte y la comida a veces faltaba”, cuenta.
“Por suerte, cuando recibí un dinero compré unos electrodomésticos y cosas para arrancar el emprendimiento, que por suerte siempre funcionó. Cuando ya pude hacerme de unos pesos me perfeccioné y comencé el curso de pastelería en Córdoba”, añade.
En Choco Vainilla trabaja con tres mujeres, una de ellas es su mamá, y otras dos chicas que atienden al público en el local y la ayudan en las elaboraciones.
“La verdad que nunca imaginé que podría tener mi propia panadería. Me parecía un imposible”, admite.
“Cuando dejé el banquito afuera con los alimentos, un cliente que salió de comprar le sacó la foto, la compartió en las redes y se hizo viral”, agrega.
Afirma que aunque esté el cartelito, algunas personas entran a pedir permiso y avisan que se van a llevar una bolsita.
Otros entran llorando por el gesto: “Eso me conmueve, es increíble. Muchos son niños”.
Reveló que, pese a la solidaridad, hay quienes objetaron la iniciativa: “¡Lo hacés porque a vos te sobra!”, le han dicho.
“¡La verdad que nada que ver! Estoy peleándola día a día como cualquier otro comerciante y nada me sobra. Zafo, digamos… Hay días que se vende bien y otros que no se vende nada”, cuenta.
Solidaridad para Brenda
La hija mayor de Brenda, de 11 años, tiene una enfermedad respiratoria. No tiene obra social y ella también necesita ayuda para los tratamientos médicos.
“Tiene una mala formación del sistema respiratorio y hoy le tocó la primera consulta médica con el neurólogo infantil, que al ser particular, nos salió 50 mil pesos porque no tenemos obra social ni prepaga”, explica.
El diagnóstico es arco aórtico derecho con subclavia izquierda aberrante y cuyo tratamiento es cardiológico y neurológico.
Para costearlo, una vez a la semana elabora alfajores y vende la bolsita a dos mil pesos, también hace bolas de fraile a pedido con el mismo fin.
“Necesito poder costear los gastos de mi hija porque son muchos. Este fin de semana vendimos alfajores para poder costear la consulta que tuvo de esta tarde”, detalla.
Su emprendimiento en Instagram es @chocovainilla.vg
Fuente: Infobae / Vía País / La Estafeta Online /