«Ser intendenta siempre fue mi proyecto de vida»


La jefa municipal de Obispo Trejo; Silbia Mansilla, nos cuenta su historia, como llegó a la intendencia y como fue su primer año de gestión.


«Cumplí un año de gestión pero sinceramente te digo, yo no siento deseo de festejar por todo lo que pasó en este año. Celebro sí, haber podido estar con la gente, acompañarlos en esta pandemia que ha sido muy dura. Tuvimos la incertidumbre de cuando iba a llegar y como nos iba a golpear», describe su primer año de gestión la intendente de Obispo Trejo; Silbia Mansilla.

«Nos preparamos contra el Covid, y si bien nos asesoraron desde el COE regional y provincial, de lo teórico a la practica hay una distancia enorme», reflexionó.

Silbia asumió al intendencia de su querido Obispo Trejo en diciembre de 2019, luego de vencer en las elecciones municipales al entonces intendente Rubén Foletto. Es peluquera de profesión (y en sus ratos libres aún ejerce), y según sus propias palabras está en política «desde muy chica».

«Mi militancia empezó a los 17, mis padres fueron presidentes comunales en Maquinista Gallini. Mi padre falleció en un acto político dando un discurso y mi mamá lo reemplazó en el puesto. Siempre los acompañe y me gustó esto de participar para construir el pueblo», rememora la mandataria, que hace referencia a su ideología política expresando: «Soy peronista, con las bases de Eva Perón».

Mansilla tiene 45 años y vive en «Trejo», desde el año 2000 cuando realizó el cambio de domicilio, dejando atrás su comuna para ir en busca de un gran sueño: «Yo ya en ese entonces tenia en la cabeza ser intendenta de este pueblo. Fui candidata en 2011, me enfrenté con Foletto y perdí por 119 votos, igual me sentí una ganadora, ya que sólo hacía una década que vivía en el pueblo», recuerda la funcionaria, quien reconoce que en 2015 tuvo alguna diferencias dentro del partido y por eso no fue parte del proyecto.

Volviendo al tema ineludible de la pandemia, la jefa municipal describe: «A nosotros nos tocó tener más de 80 casos y mucha gente aislada. Nos demandó tanto esta pandemia, que se nos pasó rápido el año y creeme que se siente el cansancio». Mansilla aprovecha para remarcar: «Podría celebrar algunas cosas que concretamos, pero hemos perdido gente por el Covid, y eso no es para festejar».

-¿Como ha sido este su primer año como intendenta en medio de la pandemia?

Muy demandante. Al no haber transporte publico, con vehículos municipales hemos viajado a todos lados según las necesidades de la gente. Hicimos viajes por consultas o tratamientos médicos, llevamos a embarazadas de riesgo a Córdoba a tratarse. Por mi parte, he tenido momentos de tristeza, de llorar sola en casa. Fue un año de acompañar a la gente, hacer la gestión de traslado de los pacientes y del servicio del cementerio, de estar ahí para cada vecino, darles fuerzas, contención, llegar a casa y sentirme muy triste, cansada, y algo desilusionada, porque tenía otros planes en mi cabeza para este primer año de gestión.

-Aún así, supongo que hay acciones que debe querer remarcar…

Sí, nosotros desde el primer momento quisimos mejorar el sistema de salud y cuando nos llegó la pandemia estábamos encaminados en esa tarea. Luego tuvimos que acondicionar el edificio, pusimos muchos recursos en la salud. En obras no hemos podido hacer todo lo estipulado y la gente ha entendido que no contamos con los recursos. Queda pendiente para el año que viene poder ayudar a la gente con el problema de la falta de viviendas, sabiendo también que en la localidad hay una necesidad urgente de trabajo.

-Hace unos meses se generó una expectativa en la localidad por la llegada del ferrocarril…

Sí, fue muy emocionante. La empresa Cono vino a comentarme sobre el proyecto de concesionar las vías del ferrocarril central argentino y de instalarse en la zona, yo no creía que se fuera a dar tan rápido, pero se sacaron varios viajes exportando legumbres y próximamente, se estarían instalando en la zona. Esto generó una expectativa en cuanto a la mano de obra, que espero se concrete, y que muchos trejenses encuentren una fuente laboral ahí. Por nuestra parte, hemos gestionado a nivel nacional, programas y obras para ocupar mano de obra local.

¿Cómo está la localidad de Obispo Trejo hoy?

Yo lo veo mas lindo al pueblo. A pesar de la crisis, el municipio no paró. Se hicieron obras de cordón cuneta, revestimiento del canal de desagüe y ripiado de calles que se inundaban. Con algunos proyectos de albañilería generamos trabajo. También hicimos reforestación, plantamos muchas plantas y flores, limpiamos sitios baldíos con trabajadores locales. Había que levantar el espíritu, y nos abocamos en la estética y limpieza del pueblo. La gente ve al pueblo limpio y verde, y me lo agradece.

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Cuando puede liberarse por algunas horas de la función pública, Silbia sigue siendo la «peluquera del pueblo», como lo ha sido desde hace mucho tiempo: «No he abandonado, pero estoy trabajando un 50%. La peluquería me encanta, es una profesión en que se necesita dedicación, concentración y creatividad. Mis clientes siguen estando y a veces me dicen que no quieren molestarme porque me ven cansada. Ellos se ponen en mi lugar y me esperan para cuando pueda atenderlos».

-Llegar desde la peluquería a la intendencia no debe haber sido fácil…

No, como en todo, se necesita de un esfuerzo. A mí me costó mucho económicamente y emocionalmente también llegar a la intendencia. Yo siempre tuve vocación de servicio y a eso lo heredé de mis padres, al igual que mis hermanos. Mi papá fue un hombre muy dedicado a su comuna, llevaba a la gente al médico, sin horarios ni retribución económica. Siempre estuvo 100% al servicio del vecino. Mi mamá también fue una persona muy solidaria. A partir de ellos me fui interesando en la política, ya desde aquel entonces cuando me fui a estudiar en un colegio secundario de la ciudad de Córdoba empecé a desear formar parte de la función publica. Ser intendenta comenzó en aquel entonces ser parte de mi proyecto de vida.

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Silbia nombra en toda la entrevista varias veces a sus progenitores, los describre como «gente humilde y de gran corazón», oriundos de Pozo del Moro, donde tenían una canicería. Dice sentirse «una más» en Obispo Trejo, sobre todo cuando no está en funciones, aunque eso no se da «casi nunca», ya que se es intendente «a toda hora».

«Estoy en el coro de la iglesia y ahí como en la peluquería, soy una vecina más, en ese ambiente me siento relajada, contenida», comenta la intendente que aclara que «por las tardes recorro el pueblo y a veces por las noches también, para ver que falencias hay». «No puedo apartarme mucho de mi rol de intendenta», remarca.

«En mis recorridas también voy escuchando a los vecinos que tengan alguna sugerencia, siempre trato de involucrarlos a participar», comenta.

-¿Cómo es la situación económica actual del municipio?

Hemos sido siempre cautelosos, porque tenemos una crisis económica y de salud, pera aún así es algo que debo destacar y puedo decir que hoy estamos en condiciones para funcionar debidamente. Cuando llegamos había 126 pesos en caja, y 3 millones a pagar en dos meses. Ademas había que pagar aguinaldos y aumentos a los empleados, y lo pudimos hacer. Fue algo positivo en este tiempo el hecho de que nos hayamos podido organizar administrativamente y que tuvimos excelente trato con las instituciones locales. Creo que los próximos tres años van a ser óptimos y que cuando termine mi gestión, voy a poder celebrar todo lo que hicimos.

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Silbia atiende a este medio durante la tarde noche, cuando se se siente «menos agobiada» por las tareas de funcionaria, y sobre el final de la entrevista reflexiona sobre su actual rol de intendenta y de como su profesión la ayudó a llegar al cargo: «Siempre quise poder plasmar las cosas buenas que pensé para mi gente, y las ideas que me fueron transmitiendo también. De hecho, ser peluquera me llevó a acercarme mucho a los vecinos, que me contaba de sus problemas y sus necesidades, y todo eso me sirvió muchísimo para saber que necesitaba el pueblo. Siento que la confianza de ellos me la gané en mi trabajo, y espero poder retribuirles de muy buena manera, el hecho de que me hayan elegido como su intendenta».

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